martes, 11 de enero de 2011

La tecnología de la Oración

Extractos de KRI Nivel 2 Comunicación Consciente por Yogui Bhajan
La oración no es hablar con Dios. El concepto detrás de la oración es el deseo de aprovechar nuestro desconocido propio. La oración es aprovechar la energía de mi propio desconocido. Siempre que quieras llegar a tu propio desconocido, tienes que orar. Y el único canal a través del cual tu propio desconocido te puede llegar para ayudarte es el poder de tu propia oración. Ahí es donde te han enseñado algo totalmente equivocado. Incluso la idea de que la oración es para comunicarte con tu alma es innecesaria e inexacta. El alma ya está allí, comunicándose con o sin tu ayuda. El concepto de la oración es de aprovechar tu propio desconocido para bien de tu propio conocido. Cuando lo conocido y lo desconocido están unidos en la unidad del yo, entonces Dios está vivo. Cuando lo conocido y lo desconocido están separados en cualquier concepto, entonces Dios está inactivo. No está muerto. No se ha ido. ¿Está claro? Por lo tanto, el poder de la oración tiene que ser continuo. En el momento que te conviertes en una persona de oración, el miedo a lo desconocido se ha ido y el amor del desconocido se despierta.
Todos podemos aprender a echar a un lado nuestras viejas ideas de la oración como un comportamiento, y la podemos vivir como una realidad para utilizarla como una herramienta para la comunicación. Debido a que la mente es esencial para esto, el uso adecuado de nuestro prana, que controla la mente, y nuestras palabras, que controlan nuestra proyección, puede hacer eficaces nuestras oraciones.
Todo lo tuyo será atendido. Sencillo. Y una vez que comienzas el día con algo bueno y bonito como esto, entonces seguirás a la virtud de ese ritmo durante todo el día. Sin la oración eres débil. No estás completo. Nos sentimos vacíos, sin importar cuántas posesiones que tenemos, si no tenemos posesión pleno de nuestro propio ser. Ese vacío no aviene porque no tenemos la entrada de lo desconocido en lo conocido nuestro. Es esa combinación que buscamos como seres humanos. Es esa combinación que nos hace fracasar o que nos da éxito.
Yo soy un ser humano con ciertos poderes conocidos. Hay un cierto concepto conocido de la mente. Y hay un cierto concepto desconocido de la mente que es mi reserva, que se encuentra justo detrás de mí todo el tiempo. La oración es aprovechar la energía de mi propio desconocido. Siempre que quieras llegar a tu propio desconocido hay que orar. Y el único canal a través del cual tu propio desconocido te puede llegar para ayudarte es el poder de tu propia oración. La oración no es hablar con Dios.
Aquellos que ven Dios en lo que está sucediendo y lo que está en su alrededor, siempre se aprovechan de su conocido y su desconocido. Hay quienes sólo se aprovechan de su nube. Sí, eso es una nube ahí arriba. Tú lo sabes, y yo lo sé. Pero, ¿quién trajo esa nube? Y quién hizo el cielo azul? … Dios es tan grande que todo aquel que toque la grandeza tiene que apreciarla. Y esa apreciación de Dios es la oración. La oración es tu concepto de apreciar la infinitud de Dios, que es tu desconocido. Es una relación aquí mismo. Entre lo conocido y lo desconocido hay una relación, una apreciación de lo desconocido, la inmensidad, y la creatividad. “Dame un coche, un Mazda. Yo soy tu buen hijo.” Eso no es oración.
Aprende a pedirte a ti mismo. Aprende a ser tú mismo. Aprende a vibrar. Esa es una cosa buena que todos podemos aprender. Vamos a ser piadosos de actitud. Entonces Dios te bendice en todos los campos, sea cual sea tu campo. Es sólo una cuestión de la práctica. Una vez que esta práctica se ha establecido en ti, no tendrás un problema. El único problema es cuando uno se para en contra de uno mismo… Debes extender la mano hacia ti mismo. Todos los demás poderes son inútiles si no tienes tu propio poder. Y el poder de tu alma es el poder más puro. Deja que salga la vibración de ti… [Desde tu corazón, no la cabeza!] Es tu oración. El se enfrentará todos los retos hacia el Infinito. Deja que tu alma llegue a orillas ilimitadas.
© Las Enseñanzas de Yogi Bhajan

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